Naturalidad en los espacios

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Muchas veces hablamos de que queremos que nuestros espacios sean naturales y cálidos, al menos que lo parezcan, pero… ¿realmente partimos de la base para crear este tipo de espacios? o ¿preferimos lo primero que nos entra por los ojos, sin pararnos a pensar en la calidad y cualidad de esos elementos?  Pues bien, en este artículo pretendemos informar de cómo lograr un ambiente natural, un espacio versátil, cálido.

Al trabajar con madera natural, estás creando un mobiliario que ofrece unas cualidades envidiables, como pueden ser  la versatilidad y la adaptabilidad al espacio y la propiedad de unicidad, si bien, cabe hacer un pequeño hincapié, en que dichas cualidades dejan de ser envidiables si pretendemos utilizar una madera que está destinada a colocarse en un interior, a hacerlo en el exterior o viceversa, o si no se trabaja como se debe.  Dicho material, de por sí, ofrece grandes cualidades, estas mismas se potenciarán y ampliarán si es tratada como se debe y se destina para sus usos concretos.

Al poner en nuestros hogares, lugares de trabajo… muebles conformados de madera natural, estamos aportando una calidez que no todos los materiales tienen, tampoco está la obligación de que todos los elementos sean de la misma composición, los extremismos nunca fueron buenos, combinar, también es una opción válida, viable y totalmente adecuada. 

¿Los que optan por elegir madera natural, saben hasta donde pueden llegar sus características?

Independientemente de las características tanto físicas, mecánicas, como químicas, la madera natural aporta una serie de características que atraviesa la línea sensorial, por una parte y un tanto evidente, encontramos la naturalidad, la apariencia o sensación de relajación que pueden llegar a transmitir, el calor, la calidez que le da a nuestra estancia, haciendo que sea más acogedora y atractiva si se puede, irradiando a quién se encuentra en él, con la comodidad, la delicadeza, los elementos creados con este material, sangran tradición, pueden pasar de generación en generación, gracias a esos valores duraderos de los cuales se ha hablado al principio.

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